EL DESAFÍO DEL SIGLO XXI: SOSTENIBILIDAD ENERGÉTICA
El Instituto de Energía y Desarrollo Sustentable está realizando diagnósticos de consumos de energía eléctrica en dos edificios de la Comisión Nacional de Energía Atómica.
Mucho se habla de los desafíos energéticos del siglo XXI. En la actualidad ya no se discute que la energía tiene que ser limpia, barata, segura y sostenible para permitir al mismo tiempo el desarrollo humano y la conservación del planeta ¿Pero es esto posible en el contexto de la economía mundial, en donde prevalecen muchas veces los intereses económicos frente al desarrollo sostenible? Sin duda que hay mucho para analizar y para hablar al respecto. Los recursos naturales no son infinitos, e incluso las tan fomentadas energías renovables hacen uso, a través de los dispositivos, instrumentos y materiales que emplea, de recursos naturales limitados. Sin embargo, los especialistas coinciden que el empleo de tecnologías cada día más eficientes -que recurren a menores consumos de energía- y el empleo de sistemas basados en automatización, sensores y en general en lo que hoy se conoce como “Internet de las cosas”, contribuyen a la tan buscada sostenibilidad energética.
En el campo de la energía, el IEDS dedica una gran parte de sus actividades al desarrollo de tecnología y sus aplicaciones, creando procedimientos y protocolos de medición, investigando y desarrollando soluciones en el campo de las mediciones y el estudio de los consumos energéticos asociados a instalaciones y procesos con el fin de hacer un uso racional y eficiente.
La reducción de los consumos de energía en las organizaciones y en las actividades industriales está fuertemente asociada al empleo de nuevas formas de realizar el seguimiento y el ahorro de electricidad, gas y agua. Nuevas formas asociadas a la época en la que vivimos, una época asociada a los datos y a la información. Y disponer de datos es fundamental para realizar las innovaciones y cambios que conducen al uso inteligente de la energía.
Tan sólo hace unos veinte a treinta años nos maravillábamos del empleo de las computadoras personales. Uno de sus usos era, y sigue siendo, procesar datos. Datos que eran introducidos a mano, lo cual limitaba tanto la velocidad de ingreso como la cantidad que podíamos procesar. Pero eso ha cambiado, y ahora los datos pueden llegar automáticamente y en tiempo real, sin límites a la cantidad de información recibida. De esto se trata “Internet de las cosas”, no es otra cosa que interconectar objetos, emplear sensores e instrumentos adecuados y capturar datos relevantes de los mismos en computadoras empleadas con ese fin. Esos datos, procesados y analizados permiten entender mejor los comportamientos de lo que estamos midiendo y tomar acciones correctivas más certeras, si es necesario, o realizar adecuados cambios de optimización. En otras palabras, hoy es más fácil conectar el mundo físico con el mundo digital.
Cuando aplicamos “Internet de las cosas” a la medición de consumos de energía no hacemos otra cosa que digitalizar datos en la computadora, datos que son tomados en tiempo real. El IEDS es el primer sector de la CNEA que aplica “Internet de las cosas” con el fin de realizar diagnósticos energéticos. En el año 2019 y contando con la colaboración con la empresa Schneider, ha conectado instrumentos PM 5340 a dos edificios históricos de la institución con el fin de medir sus consumos de energía eléctrica en tiempo real y con ello disponer de datos confiables para dar los primeros pasos que permitan que la CNEA avance en la planificación de un Sistema de la Gestión de la Energía.
La instalación de los PM5340 permite una monitorización inteligente que registra la distribución y el consumo de energía en tiempo real y, por tanto, proporciona una amplia base de datos para tomar decisiones y establecer objetivos de eficiencia, generando experiencias que pueden ser trasladadas a otras instalaciones.
Los edificios públicos son numerosos y ampliamente extendidos en los organismos del estado, sean estos de dependencia municipal, provincial o nacional. Una organización pública, en última instancia, no es más que la suma de un conjunto de edificios e instalaciones, y es por ello que entender cómo se gasta la energía en ellos es un primer paso hacia organizaciones energéticamente sostenibles.
Comenzar por los organismos públicos es el camino lógico para avanzar hacia la sostenibilidad energética de una nación. Así lo da a entender el Decreto 140/07 “PROGRAMA NACIONAL DE USO RACIONAL Y EFICIENTE DE LA ENERGIA” –que se encuentra vigente- que entre sus considerandos menciona:
“Que es propósito del Gobierno Nacional propender a un uso eficiente de la energía, teniendo en cuenta que en su mayoría, la misma proviene de recursos naturales no renovables.
Que propender a la eficiencia energética no es una actividad coyuntural, sino de carácter permanente de mediano a largo plazo.
Que resulta necesario y conveniente que el sector público asuma una función ejemplificadora ante el resto de la sociedad, implementando medidas orientadas a optimizar el desempeño energético en sus instalaciones.”
Más información sobre:
• Colaboración con la Empresa Schneider
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